Nocturno de la rosa, de Xavier Villaurrutia | Poema

    Poema en español
    Nocturno de la rosa

    A José Gorostiza 
     
    Yo también hablo de la rosa. 
    Pero mi rosa no es la rosa fría 
    ni la de piel de niño, 
    ni la rosa que gira 
    tan lentamente que su movimiento 
    es una misteriosa forma de la quietud. 

    No es la rosa sedienta, 
    ni la sangrante llaga, 
    ni la rosa coronada de espinas, 
    ni la rosa de la resurrección. 

    No es la rosa de pétalos desnudos, 
    ni la rosa encerada, 
    ni la llama de seda, 
    ni tampoco la rosa llamarada. 

    No es la rosa veleta, 
    ni la ulcera secreta, 
    ni la rosa puntual que da la hora, 
    ni la brújula rosa marinera. 

    No, no es la rosa rosa 
    sino la rosa increada, 
    la sumergida rosa, 
    la nocturna, 
    la rosa inmaterial, 
    la rosa hueca. 

    Es la rosa del tacto en las tinieblas, 
    es la rosa que avanza enardecida, 
    la rosa de rosadas uñas, 
    la rosa yema de los dedos ávidos, 
    la rosa digital 
    la rosa ciega. 

    Es la rosa moldura del oído, 
    la rosa oreja, 
    la espiral del ruido, 
    la rosa concha siempre abandonada 
    en la más alta espuma de la almohada. 

    Es la rosa encarnada de la boca, 
    la rosa que habla despierta 
    como si estuviera dormida. 
    Es la rosa entreabierta 
    de la que mana sombra, 
    la rosa entraña 
    que se pliega y expande 
    evocada, invocada, abocada, 
    es la rosa labial, 
    la rosa herida. 

    Es la rosa que abre los parpados, 
    la rosa vigilante, desvelada, 
    la rosa del insomnio desojada. 

    Es la rosa del humo, 
    la rosa de ceniza, 
    la negra rosa de carbón diamante 
    que silenciosa horada las tinieblas 
    y no ocupa lugar en el espacio.