Sentí un funeral en mi cerebro, de Emily Dickinson | Poema

    Poema en español
    Sentí un funeral en mi cerebro

    Sentí un funeral en mi cerebro, 
    los deudos iban y venían 
    arrastrándose -arrastrándose -hasta que pareció 
    que el sentido se quebraba totalmente - 

    y cuando todos estuvieron sentados, 
    una liturgia, como un tambor - 
    comenzó a batir -a batir -hasta que pensé 
    que mi mente se volvía muda - 

    y luego los oí levantar el cajón 
    y crujió a través de mi alma 
    con los mismos botines de plomo, de nuevo, 
    el espacio -comenzó a repicar, 

    como si todos los cielos fueran campanas 
    y existir, sólo una oreja, 
    y yo, y el silencio, alguna extraña raza 
    naufragada, solitaria, aquí - 

    y luego un vacío en la razón, se quebró, 
    caí, y caí - 
    y di con un mundo, en cada zambullida, 
    y terminé sabiendo -entonces -

    Emily Elizabeth Dickinson (Amherst, Massachusetts), fue una poeta estadounidense. Su poesía apasionada le ha colocado en el reducido panteón de poetas fundamentales estadounidenses junto a Edgar Allan Poe, Ralph Waldo Emerson y Walt Whitman. Dickinson procedía de una familia de prestigio y poseía fuertes lazos con su comunidad, aunque vivió gran parte de su vida recluida en su casa. Los conocidos de Dickinson probablemente sabían de sus escritos pero no fue hasta después de su muerte, en 1886, cuando Lavinia, la hermana pequeña de Dickinson, descubrió los poemas que Emily guardaba y se logró hacer evidente la amplitud de su obra.