La casada infiel, de Javier Egea | Poema

    Poema en español
    La casada infiel

    'con la pasión que da el conocimiento' 
    Jaime Gil de Biedma 

     
    Hoy está triste el juglar 
    sólo canta para ella, 
    que también la juglaría 
    tiene parte en la tristeza. 
    Sepan que de mal de amores 
    nadie está libre en la tierra. 
    Demasiado enamorado 
    -aunque ya no pueda verla- 
    y demasiada pasión 
    esta noche de tormenta, 
    el juglar siente en sus manos 
    caer el agua y la sueña. 
    Sueña que ve su sonrisa 
    -de labio a labio le tiembla- 
    cruzar las calles sin medio, 
    poner el asfalto en siembra, 
    hacer libre el corazón, 
    bajar del sueño la fiesta, 
    abrir los brazos de un mundo 
    que es otro cuando se acerca, 
    adelantada de abril 
    y la nueva primavera. 
    Hoy está triste el juglar, 
    pues es con ella que sueña. 
    y le reconoce al tacto 
    la luna de sus caderas 
    cuando ya, ciego en Granada, 
    la noche toma las riendas 
    y uno, sin luz, dice en versos 
    las soledades eternas. 
    Hace ya tiempo, señores, 
    que el juglar no puede verla, 
    pero a pesar de sus ojos 
    entre la lluvia le espera. 
    ¿Quién le trae un lazarillo 
    para buscarla en la niebla? 
    Le canta a los cuatro vientos 
    y nunca halla respuesta. 
    Llévenle mientras el alba 
    un poco de buena yerba. 
    Den la mano a este juglar 
    cansado que la recuerda. 
    Por hoy cesa en la romanza, 
    perdónele su clientela: 
    él es un juglar de ésos 
    que a veces rompen las cuerdas, 
    de los que han amado tanto, 
    que diría Gil de Biedma. 
    Hoy está triste el juglar, 
    sólo canta para ella. 
    Se me fue con su marido, 
    pero yo sigo queriéndola.

    • Qué luz extraña, dime, ha poblado este cuerpo 
      repetido en portales, escaparates, brumas, 
      ingenuo paseante de la ciudad, hermano, 
      caminante del mismo aturdimiento 
      que estos siglos de expolio pusieron en los ojos, 
      qué luz extraña, dime, 

    • Entonces, 
      en aquella ciudad 
      o en la intuición primera, vaga, de su cuerpo, 
      el pensamiento aún flotaba en bucólicos careos, 
      en versos aprendidos sin historia 
      y no era posible amar 
      entre unas calles donde todo era sucio, 
      carne sin brillo, 

    • A Aurora de Albornoz 
       
      Mas se fue desnudando. y yo le sonreía. ' 
      Juan Ramón Jiménez 

       
      Vino primero frívola -yo niño con ojeras- 
      y nos puso en los dedos un sueño de esperanza 
      o alguna perversión: sus velos y su danza 

    • 'con la pasión que da el conocimiento' 
      Jaime Gil de Biedma 

       
      Hoy está triste el juglar 
      sólo canta para ella, 
      que también la juglaría 
      tiene parte en la tristeza. 
      Sepan que de mal de amores 
      nadie está libre en la tierra. 

    • Y la luna 
      Pero no la luna. 
      Federico García Lorca 

       
      Porque la luna. Pero no la luna. 
      Sí los tumbos añiles, sí la vida, 
      el estallido sordo de la espera 
      y la ciudad, el sueño, la otra calle 
      que es un reto de luz. Escucha ahora. 

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