Raro de luna, de Javier Egea | Poema

    Poema en español
    Raro de luna

    Y la luna 
    Pero no la luna. 
    Federico García Lorca 

     
    Porque la luna. Pero no la luna. 
    Sí los tumbos añiles, sí la vida, 
    el estallido sordo de la espera 
    y la ciudad, el sueño, la otra calle 
    que es un reto de luz. Escucha ahora. 
    Hay un reclamo que el dolor levanta 
    a cualquier hora de las sombras. Luchas, 
    te embisten las esquinas presentidas 
    donde tendrá sentido el corazón. 
    Somos espanto. Pero el abordaje 
    de otros mares nos hace conocidos, 
    nos arma de pasión en esta muerte. 
    Mirad en las ojeras de los puentes 
    yedras oscuras, agua detenida, 
    naufragados embates, soledad 
    y colgajos morados de silencio. 
    Allí convoca el tiempo a los que saben 
    cómo duele la historia en el costado. 
    Por eso me alimenta la esperanza. 
    Por eso canta tu dolor. Escucha. 
    Hoy nos puebla la luna de su cuerpo. 
    Porque la luna. Pero no la luna. 

    En la plaza de mi pueblo, 
    sobre el blanco de su cal 
    pintamos hoces, martillos, 
    tu nombre y la soledad.

    • Qué luz extraña, dime, ha poblado este cuerpo 
      repetido en portales, escaparates, brumas, 
      ingenuo paseante de la ciudad, hermano, 
      caminante del mismo aturdimiento 
      que estos siglos de expolio pusieron en los ojos, 
      qué luz extraña, dime, 

    • Entonces, 
      en aquella ciudad 
      o en la intuición primera, vaga, de su cuerpo, 
      el pensamiento aún flotaba en bucólicos careos, 
      en versos aprendidos sin historia 
      y no era posible amar 
      entre unas calles donde todo era sucio, 
      carne sin brillo, 

    • A Aurora de Albornoz 
       
      Mas se fue desnudando. y yo le sonreía. ' 
      Juan Ramón Jiménez 

       
      Vino primero frívola -yo niño con ojeras- 
      y nos puso en los dedos un sueño de esperanza 
      o alguna perversión: sus velos y su danza 

    • 'con la pasión que da el conocimiento' 
      Jaime Gil de Biedma 

       
      Hoy está triste el juglar 
      sólo canta para ella, 
      que también la juglaría 
      tiene parte en la tristeza. 
      Sepan que de mal de amores 
      nadie está libre en la tierra. 

    • Y la luna 
      Pero no la luna. 
      Federico García Lorca 

       
      Porque la luna. Pero no la luna. 
      Sí los tumbos añiles, sí la vida, 
      el estallido sordo de la espera 
      y la ciudad, el sueño, la otra calle 
      que es un reto de luz. Escucha ahora.