Y la luna
Pero no la luna.
Federico García Lorca
Porque la luna. Pero no la luna.
Sí los tumbos añiles, sí la vida,
el estallido sordo de la espera
y la ciudad, el sueño, la otra calle
que es un reto de luz. Escucha ahora.
Hay un reclamo que el dolor levanta
a cualquier hora de las sombras. Luchas,
te embisten las esquinas presentidas
donde tendrá sentido el corazón.
Somos espanto. Pero el abordaje
de otros mares nos hace conocidos,
nos arma de pasión en esta muerte.
Mirad en las ojeras de los puentes
yedras oscuras, agua detenida,
naufragados embates, soledad
y colgajos morados de silencio.
Allí convoca el tiempo a los que saben
cómo duele la historia en el costado.
Por eso me alimenta la esperanza.
Por eso canta tu dolor. Escucha.
Hoy nos puebla la luna de su cuerpo.
Porque la luna. Pero no la luna.
En la plaza de mi pueblo,
sobre el blanco de su cal
pintamos hoces, martillos,
tu nombre y la soledad.