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  • Los monos fabricantes, de Concepción Arenal | Poema

Los monos fabricantes, de Concepción Arenal | Poema

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Poema en español
Los monos fabricantes

Dos monos allá en Tetuán, 
personas muy principales, 
eran en todo rivales 
y en todo con grande afán. 

Dioles la rivalidad 
por hacerse, a estos señores, 
de la industria protectores 
con pública utilidad. 

Los ilustres adversarios 
dos fábricas de tejidos 
establecen, escogidos 
llevando los operarios. 

Pero el más inteligente 
ni con mucho se aproxima 
a los productos que el clima 
exige, en extremo ardiente. 

¿Cómo hacer telas ligeras, 
decían con impaciencia, 
si absoluta es la carencia 
de las materias primeras? 

Y habiendo reflexionado 
los directores rivales, 
en busca de materiales 
mandan su comisionado. 

El uno, teniendo en cuenta 
no más de la economía, 
a un mono ignorante envía 
que con poco se contenta. 

El otro, un mono instruido 
busca para esta misión, 
dando por la comisión, 
salario fijo y crecido. 

Vienen a comprar a España 
pagando en buena moneda, 
uno capullos de seda, 
y el otro telas de araña. 

«¡Qué compra! -decía el necio-. 
¡Qué sutil saldrá el vestido! 
;Si está ya rnedio tejido! 
¡Y por tan ínfimo precio!» 

Llegan al suelo natal 
con feliz navegación, 
y cuenta de su misión 
pónese a dar cada cual. 

Entonces el gran señor 
que por ahorrar dinero 
se valió de un majadero, 
conoce tarde su error. 

Con paciencia y capital 
pagó tan gran necedad, 
dejando la utilidad 
y la gloria a su rival. 

Su parte a la inteligencia 
negándole, como el mico, 
siempre le parece al rico 
que exige mucho la ciencia. 

Y su obtuso entendimiento 
no ve que, en un solo día, 
destruye la tontería 
más que exigiera el talento. 

Concepción Arenal

Concepción Arenal (El Ferrol, 1820 - Vigo, 1893). Estudió en Madrid Derecho, Sociología, Historia, Filosofía e idiomas, teniendo incluso que acudir a clase disfrazada de hombre. Colaboró con Fernando de Castro en el Ateneo Artístico y Literario de Señoras, precedente de posteriores iniciativas en pro de la educación de la mujer como medio para alcanzar la igualdad de derechos. Dedicó buena parte de un inagotable activismo social e intelectual al estudio crítico de la realidad penal española. Se sirve de la experiencia acumulada en el desempeño de cargos oficiales de visitadora de cárceles de mujeres de A Coruña (1863) e inspectora de casas de corrección de mujeres (1868-1873) y, sobre todo, de su talento, sensibilidad e intuición para la redacción de obras que la sitúan en un puesto de gran relevancia en estudios penales europeos: Cartas a los delincuentes (1865), Estudios penitenciarios (1877). O visitador do preso (1893) es una de las obras de referencia para el estudio de las ideas centrales de su pensamiento penal. Valiente y adelantada a su tiempo, partidaria de un sistema penal moderno que hiciese posible la corrección del preso, las aspiraciones reformistas de Arenal se materializan con la llegada de la Segunda República.

  • El perro hambriento y el harto, de Concepción Arenal | Poema

    Concepción Arenal

    Ello no se sabe cómo, 
    un perro de nariz lista 
    de una despensa provista 
    robó de cerdo un gran lomo. 

    De aquellas tajadas tiernas 
    llenar la tripa vacía 
    pensaba, y se relamía, 
    huyendo rabo entre piernas. 

  • El aturdido, de Concepción Arenal | Poema

    Concepción Arenal

    De química un profesor, 
    porque a su intento convino, 
    con espíritu de vino 
    la humedece, y sin temor 

    a su mano aplica fuego, 
    que ardía sin propio daño. 
    Y del fenómeno extraño 
    la explicación daba luego. 

  • El pajarero, de Concepción Arenal | Poema

    Concepción Arenal

    En cierto lugar había 
    un ricacho solterón 
    con la más rara afición, 
    o si se quiere manía. 

    Y era pájaros juntar, 
    con maña domesticarlos, 
    y aun a algunos enseñarlos 
    palabras a pronunciar. 

  • La verdad en la feria, de Concepción Arenal | Poema

    Concepción Arenal

    Polvos de no envejecer 
    pregonaba en una feria 
    un hombre de mejor traza 
    que tienen por común regla 
    los que a explotar se dedican 
    la credulidad ajena. 
    Unos por ver cómo miente, 
    otros por ver qué revela, 
    los más sin saber por qué, 

  • Los náufragos, de Concepción Arenal | Poema

    Concepción Arenal

    Una venturosa tropa 
    de activos aventureros, 
    después de allegar dineros, 
    daba la vuelta hacia Europa. 

    Uno con menos vehemencia 
    se afanó por juntar oro, 
    buscando ansioso el tesoro 
    que instrucción se llama y ciencia. 

  • La fuente, de Concepción Arenal | Poema

    Concepción Arenal

    Sostenía Don Cipriano 
    que el agua de cierta fuente 
    se encontraba más caliente 
    en invierno que en verano. 

    Quiso su interlocutor 
    saber por cuál ilusión 
    apariencia de razón 
    tenía tamaño error. 

  • El murciélago y el ruiseñor, de Concepción Arenal | Poema

    Concepción Arenal

    «¡Oh! Enojosa luz del día! 
    ¡Del sol horrible presencia! 
    ¡Y cuán dulce la existencia 
    sin vosotros gozaría! 

    ¡Entonces con libertad 
    saliera yo a cualquier hora 
    sin huir como hago ahora 
    la enemiga claridad! 

  • El espejo y la verdad, de Concepción Arenal | Poema

    Concepción Arenal

    En uno de los viajes 
    que tuvo la mala idea 
    de hacer no sé con qué objeto 
    la verdad sobre la tierra, 
    oyó de un espejo amigo 
    sentidas y amargas quejas. 
    «¿De qué me sirve -decía- 
    que, fiel a tus advertencias, 
    repita forma y colores 

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