La silla que ahora nadie ocupa, de Evaristo Carriego | Poema

    Poema en español
    La silla que ahora nadie ocupa

    Con la vista clavada sobre la copa 
    se hallaba abstraído el padre desde hace rato: 
    pocos momentos hace que rechazó el plato 
    del cual apenas quiso probar la sopa. 

    De tiempo en tiempo, casi furtivamente, 
    llega en silencio alguna que otra mirada 
    hasta la vieja silla desocupada 
    que alguien, de olvidadizo, colocó enfrente. 

    Y, mientras se ensombrecen todas las caras, 
    cesa de pronto el ruido de las cucharas 
    porque insistentemente, como empujado 

    por esa idea fija que no se va, 
    el menor de los hijos ha preguntado 
    cuándo será el regreso de la mamá.