Los viejos se van, de Evaristo Carriego | Poema

    Poema en español
    Los viejos se van

    ¿No te da tristeza? Bueno,
    a mí no sé qué me da
    ¡se van los viejos! Los pobres
    poquito a poco se van.
    Y se van tan despacito
    que ni lo sienten, ¿será
    el consuelo de saber
    que se habrán de ir en paz?
    ¡Ah! Todo es inútil: nada
    los detendrá: ¿pasarán
    este otoño, o el invierno
    otra vez los hallará
    contándonos por las noches
    cosas de la mocedad?
    Y cuando no estén, ¿durante
    cuánto tiempo aún se oirá
    su voz querida en la casa
    desierta?
    ¿Cómo serán
    en el recuerdo las caras
    que ya no veremos más?
    ¡Que ya no veremos! ¿Nunca
    se te ha ocurrido pensar
    en el silencio que dejan
    aquellos que se nos van?
    Y en nosotros mismos, piensas
    alguna vez, ¿es verdad?
    En nosotros, que también
    nos tendremos que callar.
    Cuando nos llegue la hora
    como a los viejos, ¿habrá
    para nosotros la dulce
    confortación familiar
    que tanto alivia? ¿Qué labio
    piadoso nos besará?
    ¿Nos sentiremos muy solos?
    ¿Y nos iremos en paz?