Muchos libros, muchas voces y un poco más.
Entre los tibios muslos te palpita
un negro corazón febril y hendido
de remoto y sonámbulo latido
que entre oscuras raíces se suscita;
En un jardín de aquel país horrendo
hallé a Fantina, de ojos maternales
y desnudeces mórbidas, tejiendo
guirnaldas con las rosas vesperales.