Muchos libros, muchas voces y un poco más.
Sobre alto promontorio que domina
las olas de la mar,
cuando en el cielo el astro rey declina
subo yo a meditar.
Al resplandor de aquella luz muriente
contemplo mi no-ser;
contemplo el mar y el cielo ¡y su grandeza
aplasta mi poder!
Al fin, rendida entre mis suaves brazos,
me has concedido el don de tus deseos,
¡oh virgen maternal, extraño sueño
que conturba al poeta! Adolescente
yo te rondé, como un antiguo novio
ronda la misteriosa casa amada
y tras de aquellos cercos, algún día,
(México)
La luz del sol sobre los muros,
la resaca, las voces que te cercan,
los árboles que al fondo se dibujan,
los recuerdos que secan más tu boca,
el implacable escenario de tu herencia.
Sin embargo has venido, has vuelto
Averigua,
dulce corazón de hermana imperdonable,
cómo llegó hasta casa la discordia
y cómo nos estalló en las manos
un juguete que nunca deseamos, recuerda.
Si usted no tiene una cuenta en Suiza
no entenderá este poema,
no entenderá las noticias,
las causas de la guerra,
las semanas de siete días.