Muchos libros, muchas voces y un poco más.
Estaba permitido
embriagamos con agua para olvidar
lo que no éramos,
porque al fin y al cabo
todo había perdido su sabor.
¡Rosa fresca, rosa fresca,
tan garrida y con amor,
cuando yo os tuve en mis brazos,
non vos supe servir, non:
y agora que vos servía
non vos puedo yo haber, non!
- Vuestra fue la culpa, amigo,
vuestra fue, que mía non;
enviásteme una carta