Muchos libros, muchas voces y un poco más.
No enturbies, señora, la luz de tus ojos,
no llores, señora, porque el llanto afea
y el riñón inunda de hirientes abrojos
pues quien mucho llora muy escaso mea.
Si fue por tus hijos cesa ya tu llanto.
Si fue por tu amante, con mayor razón...