Muchos libros, muchas voces y un poco más.
-¡Abenámar, Abenámar, moro de la morería,
el día que tú naciste grandes señales había!
Estaba la mar en calma, la luna estaba crecida,
moro que en tal signo nace no debe decir mentira.
Y no buscaste un sol, no; le tenías
dentro del corazón, y ya el instante
de su feliz oriente presentías...