Muchos libros, muchas voces y un poco más.
Te resucito
qué imposible resucitarte
tan imposible como deshojar un invierno de árboles
dejémoslo en te resucito
entreabierta y temblorosa
lechuza neorromántica
marioneta viva
con tu boquita de fresas con nata
Ojos que nunca me veis,
por recelo o por decoro,
ojos de esmeralda y oro,
fuerza es que me contempléis;
quiero que me consoléis
hermosos ojos que adoro;
¡estoy triste y os imploro
puesta en tierra la rodilla!
¡Piedad para el que se humilla,
Post natal total inmersión
para la ahijada de Colón
con un tobillo en Patagonia
y un masajista en Nueva York.
(Su apendicitis
abrió el canal de Panamá. )
Caballeriza para el mar continentófago
doncellez del agua playera
frente a la Luna llena.
Dejaré que muera en mí el deseo
de amar tus ojos dulces,
porque nada te podré dar sino la pena
de verme eternamente exhausto.
No obstante, tu presencia es algo
como la luz y la vida.
Siento que en mi gesto está tu gesto
y en mi voz tu voz.
A Javier Monedero
Río del tiempo
que cruza el alma
fluyendo siempre
desde el mañana.
Orillas mustias
por donde pasa
lánguida y lenta
su lengua el agua.