Muchos libros, muchas voces y un poco más.
Paseábase el Rey moro por la ciudad de Granada
desde la puerta de Elvira hasta la de Vivarrambla.
-'¡Ay de mi Alhama!'
Cartas le fueron venidas que Alhama era ganada:
las cartas echó en el fuego y al mensajero matara.
-'¡Ay de mi Alhama!'
Algún día te escribiré un poema que no
mencione el aire ni la noche;
un poema que omita los nombres de las flores,
que no tenga jazmines o magnolias.
Mi país, tierra de lagos, montañas y volcanes.
Pero no vengas a él
mejor quedas en casa.
Nada de mi país te gustará. Los lirios no flotan sobre el agua.
Las muchachas no se parecen a las muchachas de calendarios.
El hotel de montaña se cuela como una regadera.
(fragmento)