Muchos libros, muchas voces y un poco más.
Vamos, amor, a recorrer caminos,
El tiempo rompe afuera sus relojes.
Todo es propicio para iniciar el viaje.
Ven, no temas.
Tuyo es el día y mía es la noche.
Tenemos junto a nosotros a los hijos, la cosecha mayor.
Hay gentes que lo poseen todo y no consiguen hacerlo creer; ricos tan pobres y nobles tan vulgares
que la incredulidad que suscitan acaba por hacerlos tímidos y les da una actitud sospechosa.
A mí me ha sucedido muchas veces
ir caminando y encontrarme
de pronto una palabra que había dicho
hace tantos amores a estas horas,
hace tantos latidos y amarguras,
cuando la adolescencia. Ella tenía
aproximadamente dieciocho
Sin saber para quien,
Envío esta carta en el buzón del viento.
Oscuros hombres han merodeado a mi puerta
Con gabanes abulados por la escuadra de una lugger,
Y en la noche, mientras leía a mis viejos poetas enlunados,
Una legión de sombras ha roto mi ventana.
Hay días en que abro
los ojos y pareces
la simple proyección
de la luz que da en ti.
Eres esa película
de misterio en que haces
el papel de otra tú
que me tiene intrigado.
Y no hay mejor actriz
metida en otra piel
La otra noche, después de la movida,
en la mesa de siempre me encontraste
y, sin mediar palabra, me quitaste
no sé si la cartera o si la vida.