Muchos libros, muchas voces y un poco más.
Está sentada en medio de la alfombra,
con una mano sobre sus cabellos y
en la otra un anillo
que hace girar con un furor mecánico
bajo la luz escueta de la lámpara.
Murmura con excesiva lentitud,
oigo su voz, golpea
Esta muchacha y su hermosura antigua
y su ademán de enamorada calle
que va con las ventanas de sus ojos
hacia los arcos del amor triunfante,