Muchos libros, muchas voces y un poco más.
Andamos muy despacio, llueva o nieve,
en busca del lugar donde rezan los hombres.
Es tan llano el camino que no es fácil
seguirlo sin perderse.
Paseos por las calles que revientan,
pues las cañerías ya no dan más
por entre edificios que hay que esquivar,
pues se nos vienen encima,
por entre hoscos rostros que nos escrutan y sentencian,
por entre establecimientos cerrados,
mercados cerrados,