Muchos libros, muchas voces y un poco más.
Negra leche del alba la bebemos al atardecer
la bebemos a mediodía y en la mañana y en la noche bebemos y bebemos
cavamos una tumba en el aire no se yace estrechamente en él
Un hombre habita en la casa juega con las serpientes escribe
Lágrimas de los ojos, los infortunios de los infortunados,
Infortunios sin interés y lágrimas sin color.
Él no pide nada, no es insensible,
Está triste en prisión y triste si está libre.
Para quién pide el viento de esta tarde clemencia
En los arcos de otoño qué susurra el zorzal
Con sirenas de buques a lo lejos de la ausencia
Oh capillas nevadas de la noche y el mal
cetrería de oros y de bruma imperial
bella presa halconeros un amante desnudo
Esta tarde casó Melisa, mi mejor amiga. Era propicio el signo: nuestras madres se hallaban
encintas. En la ruta del cortejo no se han marchitado aún las rosas; brilla aún en las antorchas la llama nupcial.
A cortar silencio, esposa.
Está Castilla crecida
de silencio y sonorosa
paz, oreo por la herida
melancólica. Qué olores
tiene el campo que amanece.
Alamillos reidores
con el viento que les mece
Al molino del amor
alegre la niña va
a moler sus esperanzas;
quiera Dios que vuelva en paz;
en la rueda de los celos
el amor muele su pan,
que desmenuzan la harina,
y la sacan candeal.
Río con sus pensamientos,
Colección reservada de sonetos votivos
I
Si te busco y te sueño y te persigo,
y deseo tu cuerpo de tal suerte
que tan sólo aborrezco ya la muerte
porque no me podré acostar contigo;