Muchos libros, muchas voces y un poco más.
¡Eterno femenino del Pánfilo eterno!
¡Haznos saltar, peleles pagamos la tramoya!
La escena iluminamos... Y tú, entre bastidores,
Al tramoyista puedes ofrecerle tu cuerpo.
Tú eras árbol y brisa; trino y ave;
presencia viva y sentimiento alado.
Yo te sentí latir en mi costado
alerta realidad y sueño ingrave.
La sangre restañó tu mano suave
del ciego corazón enajenado,
y lo que fue tu signo enamorado