Muchos libros, muchas voces y un poco más.
Alma felice che sovente torni...
Petrarca, Soneto XIV
Alma feliz por siempre, pues lo fuiste un instante,
vuelve, ligera corza de la dicha pasada,
junto al frío torrente donde flota el recuerdo,
donde la rosa última de fugitivas horas
El son del viento en la arcada
tiene la clave de mí mismo:
soy una fuerza exacerbada
y soy un clamor de abismo.
Entre los coros estelares
oigo algo mío disonar.
Mis acciones y mis cantares
tenían ritmo particular.
La oscuridad del cielo adquiere perspectiva
por los astros que brillan entre nubes dispersas,
y es bello contemplarlo, y peligroso;
el crepitar de leña que nos sugiere el sexo,
canciones de acampada y juventud
dispuesta a emborracharse
En el camino de los perros mi alma encontró
a mi corazón. Destrozado, pero vivo,
sucio, mal vestido y lleno de amor.
En el camino de los perros, allí donde no quiere ir nadie.
Un camino que sólo recorren los poetas
cuando ya no les queda nada por hacer.