Muchos libros, muchas voces y un poco más.
Canta Lok en la oscura región desolada,
y hay vapores de sangre en el canto de Lok.
El Pastor apacienta su enorme rebaño de hielo,
que obedece, -gigantes que tiemblan-, la voz del Pastor.
Canta Lok a los vientos helados que pasan,
Como viste ropaje tan leve
me da pesadumbres,
pues él filtra y enseña vislumbres
de la carne de rosa y de nieve.
¡Y qué andar! La mocita se mueve
con garbo de chula.
Viene y va, y en la marcha modula
un canto de líneas,
Lo menos que yo puedo
para darte las gracias porque existes
es conocer tu nombre y repetirlo.
Sobre este muro frío me han dejado
con la sombra ceñida a la garganta
donde oprime sus brotes de tormenta
un canto vivo hasta quebrarse en ascuas.
Yo aquí mientras el sueño los despoja
y en sueños comen su mentida baya
Lo malo no es lo que uno sufre,
sino lo que uno hace sufrir.
Ángeles con espadas
custodian el aire.
Un toro de sombra
mugiendo en los árboles.
-Madre, tengo miedo
del aire.
Mira las estrellas.
Aún no son de nadie;
ni son del Obispo
ni son del Alcalde.