Muchos libros, muchas voces y un poco más.
(¡Ay, qué grandes debéis ser
que así me lo entretenéis!)
No me relaciono con el desastre
ni con la muerte.
Soy un as-pájaro que come vida
adaptado a diámetros de luna y sol.
Una mujer pacífica en un mundo de batallas.
Hay tanta cólera en la mente de los hombres
¿Cuándo van a comprender que hay
Sin un céntimo, tal como vino al mundo,
murió al fin, en la plaza, frente a la inquieta feria.
Velaron el cadáver del dulce vagabundo
dos musas, las esperanza y la miseria.
Aquí donde me veis, perdido en esta triste
Habitración de hotel en Tula, tuve la fuerza
Y ña belleza del animal libre y joven
que amaba en sobresalto y dormía en paz,
desatento a que después vendrían estos tiempos
de sueño roto por los que ahora transito
Hay ventanas que pueden habitarse
como se habita una ciudad, durante años.
Hay escenas que encienden una vida
y vidas
que encienden una muerte mientras duran.
Si el hombre tuviera tiempo de sobras
es posible que hiciera grandes cosas.
Pero tras su espesa piel el tiempo alienta
una sutil maraña de trampas y estrategias;
tras su espesa piel o en su disperso puzzle
ocasionalmente brinda adoquín de besos
Estoy tan confundido
que en el aire empañado veo un espejo,
que la luz se me rompe en las pupilas
cuando los ciegos cantan en el metro.
Que salgo al cielo tenso de la calle
y te escucho decir: Vamos, Severo,
escribe lo que ves. Y tu voz llega
Qué podré yo decirte, dulce amada,
joven virgen que no conoces
en un cielo cerrado, suaves roces,
el peso del amor, noche entregada.
Traumatismo de amor con gasa y venda,
esparadrapo y algodón, y yodo.
Quien haya amado y sepa, que comprenda...
Yo no puedo decirlo de otro modo.
Como era ciego y le cerré mi tienda
y llovía, al caer, cayó en el lodo;
le salpicó de sangre la contienda