
Muchos libros, muchas voces y un poco más.
La música es el acento
que el mundo arrobado lanza,
cuando a dar forma no alcanza
a su mejor pensamiento:
de la flor del sentimiento
es el aroma lozano;
es del bien más soberano
presentimiento suave,
y es todo lo que no cabe
Cuando estés vieja y cansada, y vencida por el sueño,
Y dormitando junto al fuego tomes este papel,
Y lentamente leas, y sueñes con la dulce belleza
Que tus ojos tuvieron antaño, y también con sus sombras profundas.
Un Mandarín de Pekín
que residía en Cantón
y no tocaba el violín
porque tocaba el violón
decía con presunción
y con cierto retintín
que de confín a confín
de toda aquella nación
del gorro hasta el escarpín
era rico y trapalón.