Muchos libros, muchas voces y un poco más.
Mierda, yo te saludo complacido
cuando sales patética y caliente
luego de abandonar en el crujiente
y alimentado cuerpo tu sentido.
Nada, sin tu calor, se ve nacido
ni sin verse en tu espejo es inocente,
mierda, pues nuestro fin es tu presente,
Y no buscaste un sol, no; le tenías
dentro del corazón, y ya el instante
de su feliz oriente presentías...